En el vibrante escenario del XXX Clásico "Eduardo Larrazábal" (Gr. III), en la pista de la arena de la rinconada la competencia se transformó en un verdadero campo de batalla donde la habilidad de los jinetes y la pasión se fusionaron en una emocionante carrera llena de adrenalina.
Bajo la dirección magistral del experimentado jinete profesional Jaime "Pocho" Lugo y el entrenamiento experto de Fernando Parilli Jr., "Turbinada" (1) logró alzarse con la victoria en este prestigioso evento hípico.
Desde el inicio de la competencia, la intensidad de cada competidora se hacía evidente mientras buscaban alcanzar la gloria. En una partida llena de acción, "Turbinada" demostró su determinación al posicionarse estratégicamente por dentro, mientras "Mi Querida Emma" (6) se afianzaba en el segundo lugar, manteniendo la tensión en cada paso.
A medida que las yeguas galopaban con fuerza, "Turbinada" y "Mi Querida Emma" emergían como líderes, con "Sylvanela" persiguiendo de cerca en tercer lugar. Sin embargo, en la curva de los 600 metros, "Turbinada" tomó el control absoluto de la carrera, desafiando a sus rivales con un avance decidido hacia la victoria.
La recta final fue un espectáculo de pura emoción, con "Turbinada" consolidando su posición de liderazgo mientras "Mi Querida Emma" luchaba por mantenerse en la contienda.
Con una exhibición impecable de velocidad y resistencia, "Turbinada" cruzó la línea de meta con autoridad, asegurando su triunfo en el Clásico "Eduardo Larrazábal".
Detrás de la ganadora indiscutible de "Turbinada", "Mi Querida Emma" se adjudicó el segundo lugar, seguida de cerca por "Sra Florencia", quien ocupó el tercer escalón del podio.
El cuarto lugar fue para "Brave Yole", seguido por "Reina del Valle" en quinto lugar, y "Sylvanela" cerrando la clasificación.
Con una actuación magistral, "Turbinada" demostró su clase y determinación, marcando su sexta victoria en ocho salidas, y dejando claro que es una fuerza imparable en el mundo de las carreras de caballos.
Con un tiempo impresionante de 71”4 en los 1200 metros, con parciales de 22”2 y 44”4 en los 800 metros, esta yegua excepcional ha dejado una huella imborrable en la historia del turf.